Homeopatía al oreganato

Cuando arranqué con la homeopatía, hace unos 7 años, mi vida cambió drásticamente. No sólo porque mi cuerpo dejó de ser una farmacia, pude dormir la noche entera, y dejé de enfermarme todos los inviernos, sino porque descubrí en mí a una fundamentalista que no conocía, ni sospechaba.

Si bien el saldo en salud era más que favorable, muchas veces el precio que pagué fue muy caro, porque hubo dos cosas que la homeopatía nunca me solucionó, el SPM y las migrañas, y me las he bancado estóicamente desde entonces, apretando los dientes durante 1, 3 o 10 días seguidos, mientras refunfuño al mundo diciendo.. "mffNOmffmfVOYmfmfmAfmfmTOMARfmfmIBUPROfmfmFENOfmmm"

Peeeeero.. mis días de dolor finalmente han llegado a su fin. E incluso más que eso.. he descubierto la panacea de la vida.. el elixir de la sonrisa eterna.. la infusión que terminará con todos tus males..

El té de Orégano.

Momento!! Suena inmudo, si, es cierto. Pero no es (tan) feo. Preparado con una cucharada de miel, casi casi casi se podría decir que hasta el agradable. Distinto. Fresco.

La única recomendación que tengo para hacerles, es la siguiente.. Es MUY IMPORTANTE! el modo de preparación y la dosis, ya les voy a explicar por qué.

Preparación

Se debe llevar hasta punto chispeante agua suficiente para preparar una infusión.. El punto chispeante del agua es cuando empieza a hacer las burbujitas pequeñitas, ANTES de hervir!

Luego.. se pone en una taza dos cucharaditas al ras de la hierba fresca, o una cucharadita al ras de la hierba seca y se vierte el agua, dejándola reposar 3 minutos aproximadamente.

NOTA: Las cucharaditas deben ser de café, no de te. Y no se pueden tomar más de 3 infusiones por día.

Y si se quieren reír, una vez anotada la receta, acá viene la anécdota.. Ayer, en el medio del dolor punzante del SPM, con la cabeza llena de algodones y la migraña amenazando con apoderarse de mí, me hice un te de oregano, total, que puede pasar si no es mas que un condimento, no? Tonces.. puse a hervir durante unos minutos dos ramitas de 15 centímetros de largo de orégano.. llenas, llenas, llenas de hojitas. Me tomé dos tazas durante el día y a las 11 de la noche caí redonda a la cama. Si.. dormí como nunca.. tanto que hoy no me podía levantar. Me quedé dormida y llegué tarde al laburo, sintiéndome agobiada, sin fuerzas, como llevando una pila de piedras sobre la espalda.. así que la llamé a mi médica, homeópata, y le conté el cuadro..

Diagnóstico??

Sobredosis de te de orégano!!

;)

Vale equivocarse

Una vez más volví a morder la banquina y no pude sostener lo que decía.. Y me enoja tanto caer!

Me enoja equivocarme.. cómo si no fuera justamente para eso que estoy acá.. para equivocarme, aprender, y volver a equivocarme, y volver a aprender..

Pero no puedo evitarlo.. Igual me enojo.. A pesar de que cada vez desbarranco menos, en todo sentido.. menos tiempo, menos intensamente, menos profundo, menos veces.. pero desbarranco, y me pierdo. Y mi autoexigencia me castiga un rato.. por reincidente, hasta que de nuevo me centro.

Ya está. Esta vez fue rápido, mucho más rápido de lo que esperaba, y es fantástico que así sea..

Tengo que acordarme.. que vale equivocarse y vale perdonarse. Y que la vida no gira tan rápido.. los cursos se construyen de a poco, despacio. Y si veo que algo gira.. como loco.. no puede ser la realidad, no puede ser miopía mental.. en todo caso.. será un caleidoscopio.

=P

Incontinencia Verbal

Esto si que es una novedad.. Estoy enojada, y a punto de escribir un post para publicar mi enojo, y generar así una estúpida incontinencia verbal de la que después me voy a arrepentir. Pero en fin.. como alguna vez dije, a veces me canso de ser una mujer inteligente, agradable, simpática, políticamente correcta y sexy, y me dan ganas de mandar todo y a todos a la reverenda mierda, ponerle cara de orto hasta a la mañana y putear en más lenguas de las que se, y de las que tengo. Y así.. mascullando bronca, y contra toda norma propia, voy a escribir un post personal.

Me enoja darme cuenta que tenía mal puestos los anteojos. Me enoja cuando se me cae el velo y me doy cuenta que las cosas no eran como yo creía. Me enoja equivocarme con la gente, con los sentimientos y con la realidad a esta altura de la vida como si tuviera quince años y recién estuviera asomándome a los demás y al mundo. Ya no debería equivocarme tanto. Ya no debería caer en tanta miopía mental.

Me enojan muchas cosas en este momento, y más me enoja saber que todo este enojo contra los demás es sencillamente para no mirarme al espejo y no darme con el látigo. Porque no quiero. Porque en este momento no tengo ganas de analizarme, ni de corregirme. Sólo tengo ganas de enojarme con los demás y que, al menos por el tiempo que tarde en escribir el post, la culpa sea de los otros, porque son todos malos.

Me enoja cuando el otro no se acuerda lo que dijo -yo tengo en la cabeza un disco rígido lleno de conversaciones textuales y me acuerdo de todo-. Me enoja cuando me bajan la persiana y, de repente y sin aviso, todo lo que fue ya no es. Me enoja la traición. Me enoja el temor a la vulnerabilidad, el temor a exponerse, el temor a sentir, el temor a la entrega. Me enojan los virajes tan veloces. Me quedo desencajada, como salida de mi propio cuerpo. Mi realidad cambia de curso tan velozmente que mi alma tarda demasiado tiempo en volver a meterse dentro de mi cuerpo, en el nuevo camino.

post nunca publicado, escrito el 1 de febrero de este año

Hace 3 meses me pareció demasiado bizarro dar vuelta mis entrañas de esa manera. Hoy, estoy tan lejos de esas emociones, que me sorprendo gratamente conmigo misma, y no me importa publicarlo.. de hecho, lo hago a modo de recordatorio, para no olvidarme del triste lugar de víctima en el que puedo ponerme cuando estoy fuera de mi centro, cuando me olvido que las riendas de mi propia vida están sólo en mis manos, y que nadie puede traer la felicidad a mi vida, y por eso, tampoco, quitármela.

Suena casi soberbio, no? Pero no, no lo es. Es el secreto.. somos los proveedores de nuestra propia felicidad, de nuestra propia seguridad, de nuestra propia estima. El error es darle ese poder al otro, hacerlo responsable de nosotros mismos. Es lo más fácil, si. Es lo que nos enseñaron.. también. Pero es nuestro deber desaprender todas esas cosas, reprogramarnos y entender que la felicidad sólo se comparte cuando se la posee de antemano.

Hoy estoy en un momento similar al que estaba en febrero, aunque superior.. muy superior en intensidad. No es exactamente lo mismo.. no fui una miope mental, sino al revés. Pude mirar a Dios a los ojos.. y fue maravilloso y esperanzador. Y aunque ahora no lo esté mirando.. estoy intacta, indemne. Bien parada. Completa. Sabiendo exactamente lo que quiero, y cómo lo quiero. Sabiendo además que existe, y me lo merezco.

Puedo tirarme en la cama y llorar, sufrir, putear, maldecir, arrepentirme y hasta suicidarme. Puedo creer que la vida es cruel. Puedo creer que el mundo está en mi contra. Puedo creer que nunca más sucederá.

O sencillamente, puedo entender el milagro, anhelarlo, abrazarlo y hacerlo mío. Puedo creer que todo es perfecto tal y como es, y responsabilizarme sólo a mí por mi propia vida. Y ser así, la mujer más plena y feliz del mundo.

Es mi decisión.

Accept the good

Qué costumbre esa de creer que las cosas no pueden salir tan bien....

inicio de un post nunca publicado, escrito el 3 de diciembre del año pasado

Diciembre parece ayer, pero no lo es.. Muchas cosas pasaron, cambié muchas veces la piel en estos meses.. Cambié mi escritura.. en diciembre del año pasado todavía mis puntos suspensivos eran cuatro..

Acaso eso querrá decir que gané certeza en este tiempo? Querrá decir que gané confianza? seguridad? firmeza?

Entonces me costaba creer que las cosas pudieran salir bien durante tanto tiempo.. gratuitamente.. siempre esperaba el zarpazo del destino después de una racha de buena suerte, como cobrándosela, aseverando un implícito no merecimiento de ella. Y como a pedir de boca, siempre el zarpazo llegaba.

Hoy, sorpresiva y sorprendentemente, miro mi frase personal del messenger, Accept the good, y decido ponerme a escribir, revisando algunos borradores para desempolvar viejas ideas, et voilà! en el primer borrador que miro, la frase.

Me pareció el arco de tiempo perfecto.. La explicación precisa del crecimiento. La conclusión, tal como el fin de semana que me fui de viaje a mi propia vida. Armonioso, completo, pleno. Sin fisuras. Sin dobles lecturas. Sin desperdicio.

Fue un fin de semana radiante, y fueron 3 días de lluvia.
Lo espontáneo hecho regla.
El principio de lo que resta.

Si se me permite el oxímoron..
;)

Antitecnológica I

Ya ni las despedidas son lo mismo que antes.. Hace unos cuantos años atrás, o quizás ya hace algunas décadas, uno se subía a un colectivo en San Martín para ir hasta Buenos Aires y la despedida era emotiva, profunda, sentida. Iban a pasar al menos 24 horas hasta poder establecer algún tipo de comunicación entre las partes.. y pasadas esas 24 horas, el costo de las llamadas telefónicas era tal, que uno pensaba dos veces si rompía el silencio de la distancia o lo dejaba crecer cada vez más.

Hoy casi en los 1700 kilómetros corridos hay señal de celular. La despedida ya no tiene sentido porque la tecnología no nos permite ni sentir la distancia. Llamada o mensajito, la despedida se distorsiona, se esfuma, se diluye en una no despedida, en una bienvenida a una ausencia sin ausente. Nos ahorramos días, semanas, meses de ansiedad esperando el correo, con emails y chats instantáneos.

La tecnología nos lleva por una autopista de comunicación donde ya no tenemos la posibilidad de agonizar en la espera de un te extraño.

Ya ni extrañar nos queda..